Dende hai moitos anos vivimos nun mundo globalizado no que as linguas estranxeiras teñen un protagonismo importante. TODAS as linguas, sen discriminar ningunha. Neste contexto plurilingüe, os profes e profas de francés como segunda lingua estranxeira non acabamos de entender por que os gobernos tanto centrais como autonómicos queren facer desaparecer a nosa materia.
Xa son varias as comunidades nas que esta disciplina queda renegada a unha sesión semanal nalgúns cursos deixando linguas como o francés, o italiano ou o alemán fóra de xogo.
Neste eido, o compañeiro de profesión Cecilio Vadillo escribe dende Valladolid un texto que explica bastante ben a situación. Aquí o deixo :
"Idiomas sólo para la élite.
Parece que hay un gran consenso en la sociedad, también entre políticos, empresarios y educadores, de lo importante que es para nuestros jóvenes conocer varios idiomas para mejorar su formación y, sobre todo, como un factor esencial para su inserción en el mundo laboral. El estudio de lenguas extranjeras es un elemento clave en la creación de la identidad europea, que facilita la cooperación económica, cultural y científica entre los países, como un instrumento básico para favorecer las relaciones internacionales y la libre circulación de las personas, contribuyendo a que seamos un país más cercano, acogedor y competitivo. No podemos olvidar que el turismo es uno de los sectores económicos más importantes y estratégicos de nuestro país que, esperemos, se recupere lo antes posible tras el trágico episodio de la Covid-19 y la alarma sanitaria que ha provocado.
Nuestros políticos, siempre que lo exige el guion, insisten en que el estudio de varios idiomas es un elemento fundamental para que nuestros jóvenes tengan una formación integral que favorezca su incorporación al mundo laboral. Pero, a pesar de que en los años 90 la enseñanza de idiomas recibió un pequeño, aunque insuficiente impulso, en España nunca ha sido una prioridad en nuestro sistema educativo, relegándola a la categoría de “optativa de libre configuración autonómica” con sólo dos horas semanales en secundaria y en primero de bachillerato. Lamentablemente esta precaria situación de la segunda lengua extranjera aún puede empeorar, tal y como ha ocurrido en la Comunidad Autónoma de Madrid y parece que se está planteando en Andalucía. Con el argumento de luchar contra la obesidad y favorecer la vida saludable, noble propósito, la Comunidad de Madrid ha reducido el estudio de la segunda lengua extranjera a una hora semanal incorporándola a la asignatura de educación física que pasa a tener tres. Desde luego, como educadores, compartimos la preocupación por que nuestros alumnos tengan una buena alimentación y participen en actividades deportivas como alternativa a hábitos menos saludables. Pero entiendo que esta formación, además de en educación física se puede impartir en otras materias como ciencias naturales y, sobre todo, debe ser un tema transversal que se trate en todas las asignaturas y en las clases de tutoría. También, como venimos haciendo a lo largo de los últimos cursos en nuestro centro se pueden utilizar los recreos para participar en los programas de reparto de frutas y alimentos saludables para enseñarles a cuidar la alimentación. Además, debemos tener en cuenta que, precisamente, la oferta de actividades extraescolares deportivas fuera del horario escolar, financiadas por Ayuntamientos, Diputaciones y CCAA, es muy numerosa y accesible para los jóvenes.
Debemos tener claro que no es una lucha entre asignaturas para tener más horas, sino que se trata de buscar un equilibrio para que nuestros alumnos y alumnas tengan una formación académica y en valores que consigan una sociedad más competitiva y un buen clima de convivencia fruto del respeto y la tolerancia a lo que contribuye, de manera importante, el estudio de varios idiomas.
En España siempre hemos tenido un retraso importante en el estudio de lenguas extranjeras en comparación con los países de nuestro entorno. Es curioso ver cómo, siendo el turismo uno de los pilares fundamentales de nuestra economía algunas regiones se plantean reducir su estudio a niveles ridículos que no sirven para que los alumnos alcancen el nivel mínimo exigible después de cursar la enseñanza secundaria y el bachillerato y que parecen invitar más a su desaparición.
La educación pública tiene que ser garantía de igualdad de oportunidades; por esta razón, es difícil entender que nuestros estudiantes tengan tantas dificultades para estudiar varias lenguas en sus centros escolares, cuando en otros países europeos pueden estudiar hasta tres, o más, en sus centros de secundaria y bachillerato. Seguro que los que han hecho esta reforma “educativa” llevan a sus hijos a colegios o a países donde la enseñanza de idiomas es fundamental, lo que les permitirá seguir estando en la élite de los que manejan con fluidez varios idiomas (inglés, francés, alemán), mientras reducen las oportunidades de aquellos cuya única posibilidad de aprender idiomas está en la enseñanza pública, limitando su acceso al mercado laboral español y europeo, y su acceso a otras culturas como complemento a su formación académica. Bien saben estos políticos que, desde lo ocurrido en la Torre de Babel, es fundamental entenderse desde la palabra y no desde las desigualdades y el desconocimiento."
Cecilio Vadillo Arroyo
Profesor de Francés
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